La Scuderia Ferrari ha ganado el Gran Premio de Australia por décima vez. Charles Leclerc representó a la marca de Maranello en el escalón más alto del podio, logrando su segunda victoria de la temporada, la cuarta con Ferrari, poniéndolo al nivel de Eddie Irvine, Clay Regazzoni y John Surtees.

Carlos tuvo una tarde difícil. Un problema con algunos interruptores obligó al equipo a cambiar el volante del coche 55, solo unos minutos antes de la salida. Esto no ayudó en nada a la concentración del español y no salió bien de la línea, en parte porque estaba comenzando con el neumático duro, elegido para optar por una estrategia diferente a la de los que le rodeaban en la parrilla. Intentando recuperar terreno después de haber caído al puesto 13 , Sainz hizo un trompo en la curva 11 y quedó varado en la trampa de grava.

Carrusel Foto 7