Marina Bay, Singapur, — El volante de un monoplaza, además de direccionar el vehículo, es un mecanismo complejo con distintas funciones que le otorgan al piloto un total dominio del auto mediante 25 comandos que cumplen diversos objetivos. Lo anterior implica que el piloto debe tener un alto grado de concentración, así como la capacidad de memorizar la ubicación de cada botón en el volante para no voltear mientras está conduciendo. Por si fuera poco, el diseño del volante en cada escudería es distinto, por lo que el piloto debe aprender la ubicación y combinaciones de los botones si llegara a cambiar de escudería.

El volante es fabricado manualmente; para su manufactura, se utiliza fibra de carbono y tiene un peso de poco más de 2 kg. El volante está cubierto por una capa que puede ser de piel o de una masa de silicona, y los botones así como las pequeñas palancas, son de materiales plásticos o metálicos que se conectan a una placa de circuitos. Todo es hecho a la medida del piloto, particularmente el agarre del volante, tomando como referencia el molde de su mano enguantada. 

En las carreras de alta velocidad, cada escudería tiene un mínimo de tres volantes, de esta forma siempre hay un repuesto en caso de que se descomponga o se dañe en algún accidente. Cabe mencionar que el volante de un monoplaza cuesta aproximadamente 33 mil euros. El volante es una pieza exclusiva en cada auto, por eso su fabricación y diseño es cuidado al máximo por el equipo. Cada escudería fabrica el volante dentro de sus propias instalaciones y de manera casi secreta. 

El volante es sumamente importante ya que el piloto tiene que mantener una posición cómoda y nada forzada en el asiento, pues estará conduciendo por alrededor de dos horas. Para la escudería Renault, tanto Daniel Ricciardo como Nico Hülkenberg deben tener el espacio y flexibilidad suficiente para poder hacer correcciones y movimientos de conducción durante la carrera. La posición del asiento y del volante de un piloto de carreras, se establece en una posición específica que nunca varía. Si el piloto se encuentra muy pegado al volante, corre el riesgo de no poder maniobrar correctamente ante una situación de emergencia.

Los pilotos de Renault F1 Team, Nico Hülkenberg y Daniel Ricciardo, están ya preparados para la carrera nocturna de la próxima máxima prueba en Singapur. Marina Bay es un circuito largo con curvas gruesas y sin muchas rectas para descansar, por lo que el manejo del monoplaza se vuelve más complicado y hace de esta carrera una de las más físicas de la temporada. Por esta razón, los pilotos deben tener un gran control del volante, además de una máxima concentración durante la carrera para continuar con la buena racha, luego de haber conseguido su mejor posición desde el regreso de la escudería Renault a la máxima categoría del automovilismo mundial.